y me da igual
porque aún no domino la ciencia infusa y la Virgen parece que no quiere aparecérseme para darme el don de la pintura en 4 sesiones. ¡Qué drama!
Para no variar, puntualidad es antónimo de calidad; y calidad es antónimo de ignorancia.
Maldita sea, seré un ignorante puntual.
Qué bien queda llegar a tiempo, aunque lleves la camiseta del revés, ¿no?
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